IX. El Arte de la Navegación
Navegación
Seguridad en la Navegación
Seguridad en la Navegación
La seguridad a bordo de una embarcación es crucial para garantizar la seguridad de los pasajeros y la tripulación, así como para prevenir situaciones de emergencia en el agua. Aquí hay algunas consideraciones importantes para mantener la seguridad a bordo de una embarcación:

Para iniciar una navegación a bordo de una embarcación implica una serie de pasos y consideraciones importantes para asegurar una experiencia segura y exitosa. Aquí te proporciono algunos pasos generales que puedes seguir para iniciar una navegación:
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Planifica tu ruta : Antes de zarpar, planifica la ruta que seguirás en función de la distancia, el clima, las condiciones del agua y otros factores relevantes. Utiliza cartas náuticas actualizadas, herramientas de navegación electrónica y consulta fuentes confiables de pronósticos meteorológicos para tomar decisiones informadas.
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Verifica la seguridad de la embarcación: Antes de zarpar, verifica que la embarcación esté en buen estado de funcionamiento y cumpla con los requisitos de seguridad. Asegúrate de contar con todos los equipos de seguridad obligatorios, como chalecos salvavidas, aros salvavidas, aprobaciones de extintores, aprobaciones de bengalas, etc.
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Comprueba la documentación : Asegúrate de tener a bordo todos los documentos necesarios, como la documentación de la embarcación, tu licencia de navegación, registros, seguros y otros documentos requeridos por las autoridades marítimas locales.
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Familiarízate con los procedimientos de Navegación y de emergencia: Antes de zarpar, asegúrate de conocer y entender los procedimientos de a bordo, incluyendo el uso de dispositivos de seguridad, los procedimientos de abandono de la embarcación, y cómo llamar a ayuda en caso de necesidad.
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Comprueba las condiciones del agua y del clima : Antes de zarpar, verifica las condiciones del agua y del clima en la zona donde navegarás. Esto incluye la dirección y velocidad del viento, el estado del mar, la visibilidad y otros factores que puedan afectar la navegación.
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Comunica tu plan de navegación : Asegúrate de informar a alguien confiable tu plan de navegación, incluyendo la ruta, la duración estimada, los destinos y la hora de llegada prevista. Esto es importante para tener un registro de tu paradero en caso de emergencia.
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Realiza una revisión de seguridad : Antes de zarpar, realiza una revisión de seguridad a bordo, asegurándote de que todo esté en su lugar y en buen estado, incluyendo los equipos de seguridad, los sistemas de navegación, los suministros de emergencia y otros elementos importantes.
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Mantén una buena comunicación : Durante la navegación, mantén una comunicación constante con otros miembros de tu tripulación, si los tienes, y con otras embarcaciones o autoridades marítimas según sea necesario. Utiliza los dispositivos de comunicación a bordo, como la radio VHF o el teléfono satelital, para mantener una comunicación efectiva.
Recuerda que la seguridad es la prioridad en la navegación a bordo. Es importante seguir las regulaciones marítimas, tener precaución y estar preparado para enfrentar situaciones de emergencia. Siempre mantén un enfoque responsable y ético en tu navegación, respetando el medio ambiente marino y considerando la seguridad de todos a bordo y en el agua.
1. Planifica tu Ruta
El Éxito de tu navegación está en un 90% en la planificación de tu ruta. Se hace necesaria la aplicación desde el inicio de las tradiciones mas adentradas en el espíritu marinero, la de establecer la derrota en el libro de bitácoras.

La planificación de una ruta de navegación es un paso fundamental antes de zarpar a bordo de una embarcación. Aquí hay algunos pasos clave que puedes seguir para planificar una ruta de navegación:
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Determina tu destino y objetivos : Define claramente cuál es tu destino y tus objetivos de navegación. Esto puede incluir la elección de un puerto de llegada, un lugar de fondeo, un destino turístico, una ruta de pesca, o cualquier otro objetivo que tengas en mente.
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Revisa las cartas náuticas: Utiliza cartas náuticas actualizadas de la zona que vas a navegar. Las cartas náuticas son mapas especiales que proporcionan información detallada sobre la topografía del fondo marino, las profundidades, las corrientes, los obstáculos y otros elementos importantes para la navegación.
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Considera las condiciones meteorológicas y del agua: Verifica los pronósticos meteorológicos y las condiciones del agua en la zona que vas a navegar. Esto incluye la dirección y velocidad del viento, el estado del mar, las corrientes y otros factores que puedan afectar tu ruta. Ten en cuenta las estaciones.
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Identifica puntos de referencia y ayudas a la navegación : Identifica puntos de referencia y ayudas a la navegación en tu ruta, como faros, boyas, balizas, etc. Estos elementos pueden ayudarte a orientarte y seguir tu ruta de manera segura.
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Determina la distancia y el tiempo de navegación: Calcula la distancia total de tu ruta y estima el tiempo de navegación necesario para llegar a tu destino. Considera factores como la velocidad de tu embarcación, las corrientes y las paradas planificadas en tu ruta.
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Considera la seguridad y la eficiencia: Evalúa la seguridad y la eficiencia de tu ruta. Evita áreas peligrosas, como aguas poco profundas, áreas con alta actividad de tráfico marítimo o zonas restringidas. Busca la ruta más directa y eficiente para llegar a tu destino, considerando las condiciones del agua y del clima.
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Ten en cuenta los recursos y servicios disponibles : Asegúrate de tener en cuenta los recursos y servicios disponibles en tu ruta, como puertos de abrigo, estaciones de combustible, lugares de fondeo y otros servicios que puedas necesitar durante tu navegación.
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Comunica tu ruta : Informa a alguien confiable sobre tu ruta de navegación, incluyendo tu destino, tu plan de navegación y tu hora estimada de llegada. Esto es importante para mantener un registro de tu paradero en caso de emergencia.
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Revisa y actualiza tu ruta durante la navegación: Durante la navegación, revisa y actualiza tu ruta según sea necesario, teniendo en cuenta las condiciones del agua y del clima en tiempo real y cualquier cambio en tus objetivos de navegación.
Recuerda que la planificación de la ruta de navegación es una parte crucial de la navegación segura y exitosa. Es importante seguir las regulaciones marítimas, mantener un enfoque responsable y ético, y estar preparado para enfrentar situaciones cambiantes durante la navegación. Siempre mantén la seguridad como prioridad y ajusta tu ruta según las condiciones del entorno.
2. Verifica la seguridad de tu embarcación
La
seguridad en una embarcación
es indispensable, aunque cobra una mayor importancia cuanto más grande sea el barco y más millas se aleje de la costa. Para que el equipo de salvamento cumpla su función correctamente, es fundamental que esté señalizado de forma adecuada y que se encuentre en un lugar accesible para que cualquier persona pueda localizarlo en todo momento.

Verificar la seguridad de una embarcación antes de zarpar es esencial para asegurarse de que esté en condiciones adecuadas para la navegación. Aquí hay algunos pasos clave que puedes seguir para verificar la seguridad de tu embarcación:
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Inspección visual: Realiza una inspección visual detallada de la embarcación, tanto en el interior como en el exterior. Busca posibles daños o desgastes en el casco, cubierta, velas o motor. Asegúrate de que no haya aberturas o fugas en el casco y verifica que los elementos de seguridad, como los aros salvavidas, bengalas, aros salvavidas con línea, extintores, aros salvavidas luminosos, aros salvavidas fumígenos, aros salvavidas con reflector, etc., estén en buen estado y sean accesibles.
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Sistema de propulsión: Verifica el sistema de propulsión de la embarcación, ya sea el motor o las velas, y asegúrate de que estén en buen estado de funcionamiento. Comprueba el nivel de combustible, el estado del aceite, las correas, las hélices, las velas y los aparejos, y realiza cualquier mantenimiento necesario.
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Sistema eléctrico: Revisa el sistema eléctrico de la embarcación, incluyendo las baterías, los cables, los interruptores y los dispositivos electrónicos a bordo, como el equipo de navegación, las luces de navegación, las luces de fondeo, etc. Asegúrate de que todo esté en buen estado y funcione correctamente.
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Equipo de seguridad: Verifica que la embarcación cuente con el equipo de seguridad necesario y que esté en buen estado. Esto incluye chalecos salvavidas para todos los tripulantes, aros salvavidas con línea, bengalas, aros salvavidas luminosos, aros salvavidas fumígenos, aros salvavidas con reflector, extintores, aros salvavidas, aros salvavidas con aro salvavidas circular, aros salvavidas aro salvavidas circular con reflector, aros salvavidas aro salvavidas circular con línea, y otros elementos de seguridad requeridos por las regulaciones marítimas.
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Sistema de combustible : Verifica el sistema de combustible de la embarcación, incluyendo el tanque de combustible, las líneas de combustible y los filtros. Asegúrate de que no haya fugas de combustible y que todo esté en buen estado.
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Sistema de dirección y gobierno : Comprueba el sistema de dirección y gobierno de la embarcación, incluyendo el timón, el sistema de dirección, las poleas, los cabos y otros elementos relacionados. Asegúrate de que todo funcione correctamente y esté en buen estado.
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Equipo de comunicación: Verifica que el equipo de comunicación a bordo, como la radio VHF, el teléfono satelital, la radio portátil, etc., esté en buen estado y funcione correctamente. Asegúrate de tener suficiente carga en las baterías y de tener los canales y frecuencias adecuados programados.
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Abastecimiento y provisiones: Asegúrate de tener suficiente combustible, agua potable, alimentos, medicamentos y otros suministros.
3. Comprueba la documentación
Comprueba tu documentación local, tanto personal como los de la embarcación.
Los requisitos y reglamentos de la Prefectura, así como las disposiciones legales vigentes.

Comprobar la documentación necesaria antes de navegar es un paso importante para asegurarse de que la embarcación cumple con todas las regulaciones marítimas y esté autorizada para la navegación. Aquí hay algunos elementos clave de la documentación que debes verificar:
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Documentos de la embarcación: Asegúrate de tener los documentos originales de la embarcación a bordo, incluyendo el certificado de registro o matrícula, el certificado de navegabilidad, y cualquier otra documentación requerida por las autoridades marítimas locales. Verifica que estos documentos estén actualizados, sean válidos y estén en regla.
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Documentos del patrón: Si eres el patrón de la embarcación, asegúrate de tener tus documentos personales en regla. Esto incluye tu licencia de navegación, carnet de patrón, o cualquier otro documento requerido por las autoridades marítimas locales que te autorice a operar la embarcación.
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Documentos de seguridad: Verifica que la embarcación cuente con los documentos de seguridad requeridos, como el certificado de seguridad, el plan de contingencia, el libro de registro de seguridad, y cualquier otro documento relacionado con las regulaciones de seguridad marítima. Asegúrate de que estos documentos estén actualizados y sean válidos.
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Documentos de comunicación: Comprueba que el equipo de comunicación a bordo, como la radio VHF, esté licenciado y registrado de acuerdo a las regulaciones locales. Asegúrate de tener la documentación necesaria que acredite la legalidad del equipo de comunicación utilizado a bordo.
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Seguro marítimo: Verifica que la embarcación cuente con un seguro marítimo válido y en regla. Asegúrate de tener a bordo los documentos del seguro, incluyendo la póliza de seguro, el certificado de seguro, y cualquier otra documentación relacionada.
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Otros documentos: Dependiendo de la zona de navegación y las regulaciones locales, puede haber otros documentos requeridos, como permisos de navegación, autorizaciones especiales, licencias de pesca, entre otros. Asegúrate de tener toda la documentación necesaria de acuerdo a las regulaciones aplicables.
Es importante tener en cuenta que los requisitos de documentación pueden variar según la ubicación geográfica y las regulaciones marítimas locales. Por lo tanto, es recomendable verificar los requisitos específicos de documentación antes de cada navegación y asegurarse de que toda la documentación esté actualizada y en regla.
4. Familiarízate con los procedimientos de Navegación y de emergencia.
Repasa los conocimientos de los procedimientos A Bordo. De la correcta ejecución de los zafarranchos. Repasar los conocimientos en cuanto al tratamiento de las ejecuciones de navegación.

Familiarizarse con los procedimientos de navegación y de emergencia es esencial para garantizar la seguridad a bordo de una embarcación. Aquí hay algunos puntos importantes a tener en cuenta:
Procedimientos de navegación:
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Planificación de ruta: Antes de zarpar, es importante planificar la ruta de navegación, teniendo en cuenta factores como las condiciones meteorológicas, el tráfico marítimo, los puntos de referencia, las zonas de peligro y los lugares de refugio. Se debe trazar la ruta en una carta náutica y revisarla con regularidad durante la navegación.
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Regulaciones de navegación: Conocer y seguir las regulaciones de navegación locales y marítimas es fundamental para garantizar una navegación segura. Esto incluye respetar los límites de velocidad, los canales de navegación, las zonas de exclusión, las señales de navegación y las reglas de navegación en general.
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Comunicaciones: Es importante mantener una comunicación adecuada durante la navegación, utilizando los canales de comunicación apropiados, como la radio VHF, y siguiendo los procedimientos y protocolos de comunicación establecidos. Esto incluye mantener contacto con otras embarcaciones, estaciones costeras y servicios de emergencia en caso de ser necesario.
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Navegación segura: Mantener una velocidad adecuada, utilizar los equipos de seguridad como los chalecos salvavidas, mantener una buena vigilancia visual y utilizar las luces de navegación correctamente son procedimientos esenciales para una navegación segura. También es importante estar atento a posibles peligros en el agua, como bancos de arena, rocas, boyas o embarcaciones a la deriva.
Procedimientos de emergencia:
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Plan de contingencia: Antes de zarpar, es importante tener un plan de contingencia en caso de emergencia. Esto incluye conocer la ubicación y el uso de los equipos de seguridad a bordo, como extintores, aros salvavidas, bengalas, aros salvavidas, aros salvavidas con línea de rescate y aros salvavidas con luz, y saber cómo usarlos en caso de ser necesario.
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Comunicación en emergencias: Es fundamental saber cómo comunicarse en caso de emergencia, utilizando los canales de comunicación apropiados y siguiendo los protocolos establecidos. Esto puede incluir la transmisión de una llamada de socorro a través de la radio VHF o el uso de señales de emergencia visuales, como bengalas o humo.
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Evacuación y salvamento: En caso de una emergencia que requiera la evacuación de la embarcación, es importante seguir los procedimientos establecidos para abandonar la embarcación de manera segura y utilizar los equipos de salvamento, como los chalecos salvavidas y las balsas salvavidas, si es necesario. También es importante tener conocimientos de primeros auxilios y saber cómo brindar asistencia médica básica en caso de lesiones o enfermedades a bordo.
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Comunicación con autoridades y servicios de emergencia: En caso de emergencia, es importante establecer contacto con las autoridades y los servicios de emergencia, a través de la radio VHF u otros medios disponibles, y seguir los procedimientos establecidos para obtener asistencia y coordinar el rescate si es necesario.
Es fundamental revisar !!!.
5. Comprueba las condiciones del agua y del clima
Que las condiciones meteorológicas sean apropiadas para la navegación no es importante, es esencial.
Encontrarse a gran distancia de la costa con un fuerte viento o una tromba de agua puede poner en peligro la integridad de los tripulantes, por lo que es imprescindible asegurar que la meteorología será idónea para practicar este deporte.

Antes de iniciar una navegación, es importante verificar las condiciones del agua y del clima para asegurarse de que se cuenta con la información necesaria para una navegación segura. Aquí hay algunos pasos a seguir para comprobar las condiciones del agua y del clima:
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Consultar pronósticos meteorológicos marinos: Revisar los pronósticos meteorológicos marinos es una parte esencial de la planificación de una navegación. Se pueden obtener a través de servicios meteorológicos en línea, aplicaciones móviles, boletines meteorológicos marinos o comunicación con estaciones costeras. Es importante revisar la velocidad y dirección del viento, altura y período de las olas, visibilidad, y cualquier otra información relevante para la navegación.
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Observar las condiciones del agua: Observar las condiciones del agua en el área de navegación es crucial. Esto incluye la observación del estado del rio, lago o mar, la dirección y velocidad de las corrientes, la temperatura del agua y la presencia de obstáculos flotantes, como troncos o icebergs. Esto se puede hacer visualmente desde la embarcación o a través de la consulta de información local o reportes de navegantes.
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Evaluar condiciones de marea: Las mareas son un factor importante a tener en cuenta en la navegación, ya que pueden afectar la profundidad del agua y la navegabilidad en ciertas áreas. Es importante consultar las tablas de marea y estar al tanto de las mareas altas y bajas en la zona de navegación, así como de las corrientes asociadas a las mareas.
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Considerar la visibilidad: La visibilidad es esencial para una navegación segura. Es importante considerar la visibilidad en el área de navegación, tanto durante el día como durante la noche, y tener en cuenta la presencia de niebla, lluvia intensa, nieve u otras condiciones climáticas que puedan reducir la visibilidad y afectar la navegación.
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Actualizar la información durante la navegación: Las condiciones del agua y del clima pueden cambiar durante la navegación, por lo que es importante actualizar la información de manera regular y adaptar la ruta y las decisiones de navegación en consecuencia. Mantenerse informado y estar alerta a cualquier cambio en las condiciones es fundamental para una navegación segura.
En resumen, verificar las condiciones del agua y del clima antes de navegar, y mantenerse informado durante la navegación, es esencial para tomar decisiones adecuadas y garantizar una navegación segura y exitosa.
6. Comunica tu plan de navegación
La Seguridad de saberse en cierto lugar es primordial. La prefectura en éste caso estará comentando a sus buques de su posible presencia y esto traerá tranquilidad a tu tripulación, ya que de haber alguna emergencia ya estarían notando su ausencia y previamente estarían realizando averiguaciones por la seguridad de ésta tripulación.

Una vez que hayas planificado tu ruta de navegación, verificado la seguridad de la embarcación, comprobado la documentación necesaria y las condiciones del agua y del clima, es importante comunicar tu plan de navegación a personas relevantes, como la tripulación, familiares o amigos. Aquí hay algunos pasos a seguir para comunicar tu plan de navegación:
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Informa a la tripulación: Si estás navegando con una tripulación, asegúrate de comunicarles tu plan de navegación de manera clara y detallada. Esto debe incluir la ruta planeada, los destinos, los horarios de salida y llegada, las paradas previstas y cualquier otro detalle relevante. Asegúrate de que todos los miembros de la tripulación estén familiarizados con el plan y entiendan sus roles y responsabilidades.
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Notifica a personas de confianza: Informa a personas de confianza, como familiares o amigos, acerca de tu plan de navegación. Proporciona información sobre la ruta planeada, el cronograma estimado, los destinos y los contactos de emergencia. Esto es especialmente importante si planeas una navegación de larga distancia o en áreas remotas.
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Registra tu plan de navegación con autoridades locales: Dependiendo de la jurisdicción y las regulaciones locales (Prefectura), puede ser requerido registrar tu plan de navegación con las autoridades marítimas locales. Esto puede incluir proporcionar información sobre la ruta, el itinerario, los contactos de emergencia y otra información relevante. Asegúrate de cumplir con los requisitos locales y mantener actualizada esta información en caso de cualquier cambio en tu plan de navegación.
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Utiliza dispositivos de seguimiento y comunicación: En la actualidad, existen dispositivos de seguimiento y comunicación, como radios VHF, sistemas de posicionamiento global (GPS) y dispositivos de comunicación por satélite, que pueden ser utilizados para mantenerse en contacto con otros barcos, servicios de emergencia y personas de confianza durante la navegación. Asegúrate de llevar estos dispositivos a bordo y de saber cómo utilizarlos correctamente.
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Revisa regularmente tu plan de navegación: Durante la navegación, es importante revisar y actualizar regularmente tu plan de navegación en caso de cambios en las condiciones del agua, del clima o de cualquier otra situación imprevista. Comunica cualquier cambio en tu plan a la tripulación, a las autoridades locales y a las personas de confianza.
Comunicar tu plan de navegación a las personas adecuadas es una práctica importante para garantizar tu seguridad y la de tus acompañantes durante la navegación. Asegúrate de ser claro y detallado en la comunicación de tu plan, y de mantenerlo actualizado durante la navegación.
7. Realiza una revisión de seguridad
Los errores humanos son una de las principales causas de accidente, junto con los fallos mecánicos y la carencia del material adecuado.
La carencia de material adecuado y obligatorio o bien deficientemente mantenido y manipulado, agrava cualquier situación de riesgo.

La revisión de seguridad antes de salir a navegar es fundamental para asegurarse de que la embarcación esté en condiciones adecuadas y cumpla con los requisitos de seguridad necesarios. Aquí hay algunos elementos clave que puedes revisar durante una revisión de seguridad antes de salir a navegar:
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Equipo de seguridad: Verifica que todos los equipos de seguridad a bordo estén en buen estado y funcionando correctamente. Esto incluye chalecos salvavidas para todos los tripulantes, aros salvavidas con línea de rescate, bengalas, extintores, aros salvavidas con línea de rescate, aros salvavidas con luz y silbato, aros salvavidas con aprobación vigente, aros salvavidas con grabado de nombre y número de embarcación, y equipo de primeros auxilios.
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Luces de navegación: Asegúrate de que todas las luces de navegación, incluyendo las de proa, popa y laterales, estén en funcionamiento y sean visibles. Esto es esencial para la seguridad en la navegación nocturna o en condiciones de baja visibilidad.
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Equipo de comunicación: Verifica que los equipos de comunicación, como la radio VHF y cualquier otro dispositivo de comunicación que utilices, estén funcionando correctamente y cuenten con suficiente carga de batería o energía.
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Sistema de navegación: Verifica el funcionamiento del sistema de navegación, incluyendo el GPS u otros dispositivos de navegación que utilices. Asegúrate de que estén actualizados y funcionando correctamente para ayudarte a navegar de manera segura.
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Motor y sistemas mecánicos: Realiza una revisión del motor y otros sistemas mecánicos de la embarcación, como el sistema de combustible, sistema de dirección, sistema eléctrico, sistema de combustible, y sistema de escape. Asegúrate de que estén en buen estado de funcionamiento y sin posibles problemas o fugas.
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Ancla y cabo: Verifica que el ancla y el cabo estén en buen estado y sean adecuados para el tipo de navegación que planeas realizar. Asegúrate de que el ancla esté correctamente asegurada y que el cabo tenga la longitud y resistencia adecuadas.
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Flotadores y balsas salvavidas: Si tu embarcación cuenta con flotadores o balsas salvavidas, verifica que estén en buen estado, con la presión adecuada y sin posibles daños o desgastes.
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Documentación: Asegúrate de tener a bordo toda la documentación necesaria, como la licencia de navegación, el certificado de registro de la embarcación, seguros, y cualquier otro documento requerido por las autoridades marítimas locales.
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Suministros y provisiones: Verifica que cuentas con suficientes suministros y provisiones a bordo, como agua potable, combustible, alimentos, medicamentos, y cualquier otro elemento necesario para la navegación.
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Condiciones meteorológicas: Revisa las condiciones meteorológicas actuales y pronósticos antes de salir a navegar. Asegúrate de estar informado sobre posibles cambios en el clima durante tu navegación.
Es importante recordar que la revisión de seguridad antes de salir a navegar es un paso fundamental para garantizar la seguridad de todos a bordo. Si identificas algún problema o posible
8. Mantén una buena comunicación
Si bien las compañías de telefonía móvil han hecho grandes avances para llenar las brechas de cobertura en tierra, la cobertura y la comunicación en el agua es casi una zona muerta.
Por lo que debemos cerciorarnos de modos de comunicación alterna, como radio frecuencias y los canales de la zona de prefectura.

Mantener una buena comunicación durante la navegación es esencial para asegurar la seguridad y coordinación en el barco. Aquí hay algunas pautas importantes para mantener una comunicación efectiva a bordo:
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Establecer canales de comunicación: Antes de zarpar, asegúrate de establecer canales de comunicación claros y definidos con tu tripulación. Esto puede incluir el uso de radios VHF, teléfonos móviles, silbatos, señales de mano, o cualquier otro medio de comunicación que esté disponible a bordo. Asegúrate de que todos los tripulantes sepan cómo utilizar los dispositivos de comunicación y estén familiarizados con los procedimientos de comunicación a bordo.
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Mantener una escucha activa: Escucha activamente las comunicaciones de otros barcos, las condiciones del clima, y cualquier otra información importante que se transmita por radio u otros medios de comunicación. Mantén tu atención en los canales de comunicación designados y responde de manera oportuna y clara cuando sea necesario.
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Utilizar un lenguaje claro y conciso: Utiliza un lenguaje claro y conciso al comunicarte con tu tripulación o con otros barcos. Evita jerga técnica o términos confusos que puedan llevar a malentendidos. Utiliza frases cortas y simples para asegurarte de que tu mensaje sea entendido correctamente.
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Comunicar cambios en la ruta o en las condiciones: Si hay cambios en la ruta de navegación o en las condiciones del clima, es importante comunicarlos a tu tripulación de manera clara y oportuna. Asegúrate de que todos estén informados sobre los cambios y comprendan cómo pueden afectar la navegación y la seguridad a bordo.
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Establecer procedimientos de comunicación de emergencia: Antes de salir a navegar, establece procedimientos de comunicación de emergencia con tu tripulación. Esto puede incluir códigos o señales específicas que se utilicen en situaciones de emergencia, como maniobras de rescate, abordaje de agua, o situaciones de peligro. Asegúrate de que todos los tripulantes estén familiarizados con estos procedimientos y sepan cómo actuar en caso de emergencia.
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Mantener una actitud respetuosa y calmada: La comunicación a bordo debe ser siempre respetuosa y calmada, incluso en situaciones de estrés o emergencia. Evita discusiones o confrontaciones que puedan afectar la seguridad y la coordinación a bordo. Mantén la calma y la claridad en tus comunicaciones para asegurar una navegación segura.
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Comprobar la recepción y transmisión de mensajes: Al utilizar dispositivos de comunicación como radios VHF, asegúrate de que la recepción y transmisión de mensajes sean adecuadas. Verifica la calidad de la señal y la claridad del mensaje para asegurarte de que la información se esté transmitiendo y recibiendo correctamente.
La buena comunicación a bordo es esencial para asegurar la seguridad y eficiencia en la navegación. Mantén una comunicación clara, concisa, oportuna y respetuosa con tu tripulación y otros barcos para garantizar una navegación segura y exitosa.
Como te habrás dado cuenta,
La Navegación es sobre todo
"SEGURIDAD"
Accidentes Navales

Generalidades
Es notable el interés y dependencia de las naciones en el ámbito marítimo. Cada día, miles de embarcaciones y buques de distintas partes del mundo navegan transportando mercancía e insumos para el desarrollo del comercio y las industrias, al igual que las embarcaciones para el transporte de pasajeros, buques científicos, entre otros.
Aproximadamente el ochenta por ciento del comercio mundial se moviliza por medio de buques. Este alto porcentaje de utilización del modo marítimo en el tráfico internacional está vinculado con la capacidad que tienen los buques de movilizar grandes cantidades de carga que abaratan el traslado de mercancías. Las llamadas ventas marítimas son una evidencia de esa realidad.
De ese enérgico movimiento comercial, nace la interacción obligatoria de distintos actores del sector privado y público. Esta interrelación se manifiesta en los actos jurídicos y administrativos vinculados al ámbito marítimo, por ejemplo: la suscripción de contratos de transporte marítimo, flete de buques, seguros de carga, agenciamiento marítimo, consolidación de carga, distribución y logística, etcétera.
Toda actividad marítima está regulada, en todos sus aspectos por los 168 países que constituyen la OMI, es decir, la Organización Marítima Internacional, organismo de las Naciones Unidas que promueve la cooperación entre Estados y la industria marítima para mejorar la seguridad marítima y prevenir la contaminación marina.
Concepto de Accidente Marítimo
Se denomina accidente o siniestro marítimo a un evento que ha tenido como resultado:
1) La muerte o lesiones graves de una persona, causadas por las operaciones de un buque o en relación con ellas;
2) La pérdida de una persona que estuviera a bordo, causada por las operaciones de un buque o en relación con ellas;
3) La pérdida, presunta pérdida o abandono de un buque;
4) Daños materiales graves sufridos por un buque;
5) La varada o avería importante de un buque o la participación de un buque en un abordaje;
6) Daños materiales graves causados por las operaciones de un buque o en relación con ellas;
7) Daños graves al medio ambiente como resultado de los daños sufridos por uno o varios buques, causados por las operaciones de uno o varios buques.
Estos eventos se clasifican en siniestros muy graves y graves. Un siniestro es muy grave cuando el buque es afectado totalmente, incluyendo pérdida de vidas humanas o contaminación grave. En cambio, un siniestro es grave cuando sin reunir las características del “siniestro muy grave” entraña una o varios de estos efectos: un incendio, explosión, abordaje, varada, contacto, averías por mal tiempo, averías causadas por hielos, grietas o defectos del casco, que a su vez provocan averías estructurales que hacen que el buque no sea apto para navegar, por ejemplo, una hendidura en la obra viva, parada de las máquinas principales, averías importantes en los espacios de alojamiento, contaminación (independientemente de la magnitud); y/o una avería que obligue a remolcar el buque o pedir ayuda a tierra.

. El Factor Humano
No cabe duda que en cualquier actividad que el hombre realiza cabe la posibilidad de que los resultados obtenidos no se identifiquen con los que se deseaban. También es
posible que durante la realización del proceso se originen unos efectos no queridos, independientemente de que el resultado final sea el deseado o no. Resultados
incorrectos y efectos no queridos podemos clasificarlos como hechos no deseados de un determinado proceso, que cuando tienen el carácter de lesivos o la posibilidad de
serlo, ya sea para las personas o para las cosas, movilizan una serie de medios y técnicas para su corrección, dando lugar a lo que se suele denominar como Seguridad
en sentido amplio.
Esta movilización o actuación de la seguridad tiene que estar motivada en una asunción de que tales hechos no deseados, no son aceptables. Cada sociedad tiende a instaurar unos determinados parámetros de inaceptabilidad de los hechos no deseados, en función de la conciencia social. Es decir, la inaceptabilidad es un fenómeno cultural con una serie de matices objetivos y subjetivos que se escapan a la intención de este trabajo. De forma general, todos aquellos hechos que socialmente se han catalogado como no deseados, suelen encontrarse con un rechazo más o menos generalizado. Podemos citar, como universalmente rechazados en los procesos productivos los siguientes:
Accidentes:
Catalogado como “suceso anormal, no querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada, aunque normalmente evitable, que interrumpe la normal continuidad de un proceso y que puede causar lesiones a las personas y/o bienes”.
Incidentes
Responden a la misma definición anterior, pero no se traducen en lesiones a las personas, ni en grandes daños a los bienes. También se suelen denominar accidentes “blancos”. La diferencia entre este tipo de sucesos y los accidentes es el resultado, aunque se hayan recorrido los mismos caminos que en el accidente.
Efectos no deseados
Que se manifiestan a medio/largo plazo. Se diferencian de los anteriores por la falta de inmediatez en las consecuencias. En ellos estarían englobados las enfermedades denominadas profesionales, las agresiones a estructuras o equipos que no tienen una manifestación inmediata, etc.
Aceptando la teoría de la causalidad o de la prevención como aplicable a la explicación del desarrollo de cualquier hecho no deseado, interesa destacar qué elemento de la cadena es el activador de la seguridad. Es decir, qué eslabón puede considerarse como inequívocamente rechazable por la sociedad y capaz de generar una movilización que se traduzca en la actuación de la seguridad.
No es un tema fácil ya que la cadena de causalidad puede ser muy extensa, con multitud de efectos que a su vez son causa de otros efectos y así sucesivamente. En la siguiente figura se expresa de forma gráfica:
En la mayoría de las culturas son los accidentes los que actúan como activador de la seguridad. La constatación de un daño es un punto ampliamente aceptado como rechazable, afirmando esto con todo tipo de matizaciones. No se ha de entender que los incidentes y los hechos no deseados que manifiestan su aparición a medio y largo plazo no activen la seguridad. Desde luego que sí, pero no lo hacen con la inequívoca fuerza de los accidentes.
La intensidad del rechazo que pueda generar un determinado hecho no deseado, influirá en los esfuerzos por intentar impedir su repetición, es decir, también condiciona la acción de la seguridad.
A lo largo de la historia se han intentado establecer parámetros que valoren la intensidad del rechazo. El riesgo, tal vez sea el más conocido. El concepto de riesgo se muestra como un sistema de medida indirecto o directo del rechazo. Si bien académicamente se define como: “contingencia o proximidad de un daño”, como muchas veces ocurre, la definición académica no se ajusta exactamente a las definiciones que manejan los técnicos. A continuación se enuncian algunas de ellas:
“
…cualquier condición física de las instalaciones, máquinas o materiales o cualquier acto de las personas, que potencialmente podrían causar un daño, sea del tipo que sea (a las personas, a las máquinas o instalaciones, a los materiales o al medio ambiente interior o exterior) si se dieran una serie de circunstancias en ese momento “.
“… conjunto de daños esperados por unidad de tiempo “.
“… posibilidad de pérdida o herida a personas y propiedades”.
“… medida de los efectos combinados de la probabilidad de un accidente y las consecuencias de ese suceso “.
Activadores de la Seguridad Marítima
La Seguridad Marítima se puede definir como el conjunto de actuaciones y medios utilizados para evitar los hechos no deseados en cualquier actividad que esté relacionada con el mar.
En toda concepción moderna de seguridad, y por tanto en la Seguridad Marítima, se intenta avanzar en la prevención. Para ello, entre otras cosas, se ha de partir del hecho de que los activadores han de ser cualquiera de los tres tipos de hechos no deseados antes mencionados. La realidad, sin embargo, nos muestra que sólo un daño logra una activación social suficiente, en general, como para motivar actuaciones generales en seguridad.
No cabe duda que la presencia de un daño es una evidencia irrefutable de un hecho no deseado en una determinada actividad. Su materialización obliga a la sociedad a interrogarse sobre el buen funcionamiento de un determinado sistema productivo. Por ello, podemos afirmar que los accidentes son activadores, por excelencia, de la Seguridad Marítima.
Esto no es óbice para que dentro de las estructuras de los sistemas productivos, no se intenta ahondar en una visión no tan inmediata y evidente. Es ahí donde nace el interés por considerar a los incidentes con el mismo rango de activadores de la seguridad. Se entenderá por incidentes marítimos la definición aportada por la Organización Marítima Internacional en su resolución A.849 de la 20a Asamblea en el “Código para la investigación de siniestros y sucesos marítimos”:
. ….”un hecho causado por, o en conexión con, las operaciones de un buque por las cuales un buque o una persona se ve involucrada y a resultas de ello se podrán haber causado serios daños al buque, a estructuras o al medio ambiente “ .

Colisión de buques
Una colisión de buques es un accidente en el cual dos o más embarcaciones chocan entre sí en el agua. Las colisiones de buques pueden ocurrir en diferentes cuerpos de agua, como océanos, mares, lagos o ríos, y pueden involucrar a diferentes tipos de buques, como barcos de carga, buques de guerra, embarcaciones de recreo, entre otros.
Las colisiones de buques pueden tener diversas causas, que van desde errores humanos, condiciones climáticas adversas, fallos mecánicos, errores de navegación, falta de visibilidad, hasta problemas de comunicación y coordinación entre las embarcaciones. En algunos casos, factores externos como la presencia de icebergs, naufragios o la interferencia de otros objetos en el agua también pueden contribuir a una colisión.
Las colisiones de buques pueden tener consecuencias graves, como daños a las embarcaciones involucradas, pérdida de vidas humanas, derrame de sustancias peligrosas o contaminantes en el agua, interrupción del tráfico marítimo, impactos en la economía y el medio ambiente, y la necesidad de llevar a cabo investigaciones y procesos legales para determinar la responsabilidad y el alcance de los daños.
Para prevenir las colisiones de buques, existen regulaciones y normas internacionales, como las establecidas por la Organización Marítima Internacional (OMI), que establecen reglas de navegación, requisitos de equipo, procedimientos de comunicación, y entrenamiento para los tripulantes, con el fin de asegurar la seguridad y la eficiencia en el transporte marítimo. Además, las embarcaciones utilizan tecnologías de navegación avanzadas, sistemas de detección y prevención de colisiones, y procedimientos de emergencia para minimizar el riesgo de colisiones en el mar.
La pérdida de vidas humanas.
El impacto ambiental ya que parte de la carga o combustible puede terminar en el agua. Con el consiguiente daño a la vida marina. Si está involucrado algún gran buque cisterna el derramamiento de petróleo puede ser muy grande, como en el caso del Exxon Valdez.
Las consecuencias económicas para las comunidades locales cercanas al accidente.
Las consecuencias financieras a los armadores, debido a la pérdida o a las sanciones.
Los daños a la infraestructura costera, por ejemplo, la colisión con puentes .
Como las vías marítimas están cada vez más congestionadas y la velocidad de los buque es mayor, aumenta la posibilidad de que un buque puede experimentar un accidente importante en su vida. Por otro lado los reglamentos para prevenir los abordajes y la mejora en la tecnología radar de posicionamiento y de comunicaciones hacen disminuir esa posibilidad.
Debido a masas extremadamente grandes y velocidades relativamente altas hacen por un lado que la inercia se muy elevada lo cual dificulta la maniobras y por otro lado la energía disipada en un accidente también sea muy elevada, lo cual produzca grandes daños aun en pequeños accidentes. Por otro lado la gran obra muerta de algunos barcos en lastre y las grandes superestructuras de otros como los cruceros hace que el viento sea un factor peligroso en el control del buque.
Legalmente hablando, cuando dos o más embarcaciones colisionan entre sí recibe la clasificación de abordaje y debe aplicarse la ley que recoja el Convenio de Bruselas de 23 de septiembre de 1910. En este también se fijó que los daños producidos por la ola, la succión al pasar demasiado cerca un barco de otro se considerara abordaje, aunque no exista contacto físico entre ambos. Por otro lado cuando la embarcación choca contra un cuerpo fijo (muelle, embarcadero, puente, etc.) o un objeto sumergido (pecio, roca, etc.) o un cuerpo flotante que no es un barco (iceberg, tronco, casco de un buque en construcción, una grúa flotante accidentada a la deriva, etc.) no se considera abordaje y se aplicará la legislación común.
Ejemplos famosos de los distintos tipos de colisiones
- Colisión entre dos buques, abordaje: el Andrea Doria y el Stockholm3 a consecuencia de este accidente surgió el Reglamento Internacional para Prevenir Abordajes (RIPA)
- Colisión de un buque con objeto flotante: Titanic4
- Colisión de un buque con objeto sumergido: Costa Concordia5
- Colisión de un buque contra un objeto fijo: el Lake Illawarra contra el puente Tasman
La diferencia entre “colisión” y “abordaje” de buques

Hace pocos días en el Mar de China se produjo un abordaje entre el buque tanquero “Sanchi” de bandera panameña operado por una empresa iraní y el buque granelero hongkonés “CF Crystal”. Al momento de redactar esta nota, se reportó la desaparición de 31 tripulantes del buque “Sanchi”, y Greenpeace se pronunció sobre riesgos por contaminación ambiental y que el siniestro podría convertirse en una gran catástrofe marítima, pues el tanquero transportaba 136.000 toneladas de petróleo refinado.
Al dilucidar el uso de términos legales adecuados para este este tipo incidentes, el abogado, árbitro y profesor de Derecho Marítimo, José Antonio Pejovés, aclara en principio que “el abordaje es una especie de accidente marítimo -por un sector de la doctrina un accidente de la navegación-, junto con la colisión, la arribada forzosa y el naufragio”. Estos siniestros, apunta, “tienen en común el hecho que se producen por causas ajenas a la voluntad de los sujetos involucrados”.
El mencionado accidente marítimo en el Mar de China- explica el abogado- de acuerdo con el Derecho anglosajón -common law- es una collision. Sin embargo, nuestro sistema jurídico -continental o romano germánico- distingue el abordaje de la colisión. “Así se tiene que será un abordaje propiamente dicho, el choque entre dos o más buques, y será una colisión, el choque de un buque con otro objeto fijo o móvil, éste último que no pueda ser considerado un buque. Por ejemplo, el choque de un buque con un muelle o de un buque con un artefacto naval, serían casos de colisiones”.
“A efectos de acotar la aplicación de las normas relativas al abordaje, varias de ellas contenidas en instrumentos internacionales, resulta necesario que las leyes y reglamentos marítimos contengan una definición clara respecto de lo que se entiende por buque, pues a partir de ahí se podrá determinar frente a determinados sucesos acaecidos en el mar, cuando resultan aplicables las normas concernientes al abordaje propias del Derecho marítimo o cuando deben aplicarse en vía de solución frente a colisiones, las reglas del Derecho común, plasmadas en los códigos civiles”, detalla José Antonio Pejovés.
Platea además que la jurisprudencia internacional, es abundante en cuanto a procesos que se han seguido como consecuencia de abordajes o de accidentes marítimos que no constituyen precisamente abordajes, así se tiene entre otros: choques entre buques en navegación, el choque de un buque con otro buque hundido -pecio-, impactos entre buques abarloados, o entre un buque y otro recién construido y botado al mar.
Es oportuno señalar- explica- que el abordaje de buques, configura un accidente que se puede dar en cualquier espacio acuático, sea marítimo, fluvial o lacustre. “En este sentido conviene que los países dispongan de reglas que resulten aplicables en todos los espacios acuáticos, incluidas naturalmente las aguas interiores y las Hidrovías”, sugiere el abogado.
Agrega que el transporte marítimo es eminentemente internacional, bien porque los buques navegan entre distintas jurisdicciones en el tráfico internacional o por la nacionalidad del buque que traslada mercancías en rutas de cabotaje. “Por esta razón la regulación del abordaje desde muchos años atrás, ha sido objeto de unificación internacional mediante la adopción de instrumentos internacionales, así se tiene: el Convenio de Bruselas de 1910 para la Unificación de Ciertas Reglas en Materia de Abordaje, instrumento que contiene normas básicas sobre responsabilidad civil en casos de abordaje, y que junto con el Convenio Internacional sobre Salvamento Marítimo del mismo año, son los más antiguos en el Derecho marítimo”, detalla.